La Ley y Reglamento de Tránsito establecen claramente las funciones específicas que corresponden a cada uno de los elementos que encontramos en la vía pública, incluyendo los espacios destinados a los peatones, quienes usualmente parecen quedar últimos en el interés de muchos.
Así, vemos como los semáforos con buen funcionamiento quedan relegados ante la colocación de agentes de tránsito que dan vía por más tiempo del usual a los automóviles de x o y arteria, sin importar la cantidad de peatones que se encuentran esperando para atravesarla. De igual manera encontramos infinidad de vehículos que viran sin hacer las señales correspondientes aún cuando frente a ellos se encuentran las personas llamadas a hacer valer lo que los cuerpos legales citados establecen.
Pero hay algo aún más irritante para quienes recorren las calles y avenidas de la ciudad, fuera de la mala calidad de las aceras y la falta de sentido al construir estas: Los incontables obstáculos que pueden hallarse en un corto recorrido como el que ahora les presento luego de que en casi una decena de ocasiones lo hice del conocimiento tanto de agentes de la PMT como de personas pertenecientes a otras entidades municipales.
¿El lugar? Novena Avenida de la zona 1, en el trayecto de la Plaza Barrios a la Torre de Tribunales, Corte Suprema de Justicia, Banco de Guatemala y Superintendencia de Bancos, por citar algunos de los colindantes con dicha vía.
En ese recorrido, primeramente nos encontramos con numerosos postes que obligan a que si van dos personas juntas deban despazarse al estilo "Fila India" o a "Ceder el Paso" o, como hacen muchos, a "jugársela descendiendo de la misma como recientemente vi que lo hacían unas mujeres con niños coincidiendo con el viraje de una unidad del Transmetro. Estoy de acuerdo en que ahí encontramos responsabilidad de otras entidades y no solo de la Municipalidad.
Pasados unos metros encontramos otro asunto, cuya solución definitivamente corresponde a la autoridad, teniendo en cuenta que si no procede a educar y/o sancionar a los infractores, estará avalando que continúen haciendo mal uso de ese espacio. Al llegar a ese punto no tuve más remedio que trasladarme al lado oeste y utilizar la acera aledaña al edificio de Finanzas. Claro está que tengo uso de mis piernas y la vista no me falla, de lo contrario, esa simple maniobra hubiera podido ser fatal. ¿Desde cuando las aceras son estacionamientos para las motocicletas?
Tomemos en cuenta que sólo en la región metropolitana existen más de 105 mil personas con necesidades especiales, concentrándose la mayor parte de estas en la Ciudad Capital. Muchas de ellas padecen dicapacidades que les obligan a utilizar sillas de ruedas, muletas, andador o bastón y muchas otras no poseen el don de la vista, por lo que situaciones como la que aquí describo les resultan exponencialmente aún más perjudiciales que al resto de peatones.
Espero que finalmente, luego de semanas de menciones y denuncias infructuosas, esta nota llegue a quienes corresponda a fin de dar solución inmediata y definitiva al menos a uno de estos problemas, aunque lo ideal sería ver que ambos sean remediados.
No está de más hacer mención que esta nota la finalizo "amenizado" por una de las numerosas herrerías que en este sector obstaculizan la acera, además de ser parte de la indeseable contaminación acústica y visual que tanto perjudica al vecindario.
Así, vemos como los semáforos con buen funcionamiento quedan relegados ante la colocación de agentes de tránsito que dan vía por más tiempo del usual a los automóviles de x o y arteria, sin importar la cantidad de peatones que se encuentran esperando para atravesarla. De igual manera encontramos infinidad de vehículos que viran sin hacer las señales correspondientes aún cuando frente a ellos se encuentran las personas llamadas a hacer valer lo que los cuerpos legales citados establecen.
Pero hay algo aún más irritante para quienes recorren las calles y avenidas de la ciudad, fuera de la mala calidad de las aceras y la falta de sentido al construir estas: Los incontables obstáculos que pueden hallarse en un corto recorrido como el que ahora les presento luego de que en casi una decena de ocasiones lo hice del conocimiento tanto de agentes de la PMT como de personas pertenecientes a otras entidades municipales.
¿El lugar? Novena Avenida de la zona 1, en el trayecto de la Plaza Barrios a la Torre de Tribunales, Corte Suprema de Justicia, Banco de Guatemala y Superintendencia de Bancos, por citar algunos de los colindantes con dicha vía.
En ese recorrido, primeramente nos encontramos con numerosos postes que obligan a que si van dos personas juntas deban despazarse al estilo "Fila India" o a "Ceder el Paso" o, como hacen muchos, a "jugársela descendiendo de la misma como recientemente vi que lo hacían unas mujeres con niños coincidiendo con el viraje de una unidad del Transmetro. Estoy de acuerdo en que ahí encontramos responsabilidad de otras entidades y no solo de la Municipalidad.
Pasados unos metros encontramos otro asunto, cuya solución definitivamente corresponde a la autoridad, teniendo en cuenta que si no procede a educar y/o sancionar a los infractores, estará avalando que continúen haciendo mal uso de ese espacio. Al llegar a ese punto no tuve más remedio que trasladarme al lado oeste y utilizar la acera aledaña al edificio de Finanzas. Claro está que tengo uso de mis piernas y la vista no me falla, de lo contrario, esa simple maniobra hubiera podido ser fatal. ¿Desde cuando las aceras son estacionamientos para las motocicletas?
Tomemos en cuenta que sólo en la región metropolitana existen más de 105 mil personas con necesidades especiales, concentrándose la mayor parte de estas en la Ciudad Capital. Muchas de ellas padecen dicapacidades que les obligan a utilizar sillas de ruedas, muletas, andador o bastón y muchas otras no poseen el don de la vista, por lo que situaciones como la que aquí describo les resultan exponencialmente aún más perjudiciales que al resto de peatones.
Espero que finalmente, luego de semanas de menciones y denuncias infructuosas, esta nota llegue a quienes corresponda a fin de dar solución inmediata y definitiva al menos a uno de estos problemas, aunque lo ideal sería ver que ambos sean remediados.
No está de más hacer mención que esta nota la finalizo "amenizado" por una de las numerosas herrerías que en este sector obstaculizan la acera, además de ser parte de la indeseable contaminación acústica y visual que tanto perjudica al vecindario.
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